Dr. Juan Manuel Lozano
Instituto de Física
UNAM
México, DF
teorica@fenix.ifisicacu.unam.mx
En un curso introductorio de física hay que evitar dos grandes
peligros. Por una parte está la ambición de cubrir un contenido
de enorme extensión y por otra el hábito de dedicar a la
mecánica una proporción excesiva del tiempo dedicado al curso.
El propósito del curso introductorio debe ser el de dar una visión unificadora de un mundo múltiple, variado, interactuante en el que existen muchísimas situaciones distintas y procesos físicos muy complejos. El problema de enseñar el primer curso universitario de física es, entonces, el de seleccionar adecuadamente unos pocos temas que sean a la vez fundamentales para la comprensión de la física y que sean capaces de provocar interés, curiosidad, sorpresa y deseo de aprender más en los estudiantes.
También hay que tener presente que los estudiantes tienen una información generalmente distorsionada, de la física y de la tecnología contemporánea. En consecuencia, el curso introductorio debe incluir temas de actualidad.
Sin pretender resolver el problema de la enseñanza de un curso introductorio, mi opinión es que debe hablarse de las grandes síntesis como la de la física del cielo y de la Tierra o la de la electricidad, el magnetismo y la óptica. Debe estudiarse lo que sabemos acerca de la estructura de la materia y por tanto no hay que soslayar la física cuántica ni la relatividad. Debe conocerse la importancia de los principios de invariacia y de conservación, la necesidad de que exista una física estadística, la relación de la física con otras ciencias, con las matemáticas y con otras disciplinas.
Hay que enseñar para que el estudiante entienda y ame a la física.